La campaña electoral de Estados Unidos continúa como una montaña rusa que no da espacio al descanso, ahora con otra sacudida tras la decisión del presidente Joe Biden de abandonar su campaña de reelección, lo cual dejará al expresidente Donald Trump con un nuevo contrincante en noviembre venidero.
El anuncio del mandatario de 81 años de edad de que no buscará un segundo periodo en la Casa Blanca no resulta del todo sorpresivo si se toman en cuenta los crecientes llamados de miembros de su propio partido a que diera un paso al lado y abriera el camino para otro candidato con mayores posibilidades de éxito.
Las presiones se incrementaron considerablemente después del debate televisivo que el demócrata sostuvo con su rival republicano a finales de junio pasado, cuando Biden tuvo un pobre desempeño que disparó las ya activadas alarmas entre su fuerza política.
Pese a los pedidos de que saliera de la carrera electoral, el presidente insistió en que continuaría en la contienda, pero el domingo 21 de julio emitió un comunicado en el que dio a conocer la noticia de que desistía de ese empeño, luego de varios meses en los que las encuestas lo daban por detrás de Trump en la preferencia de los votantes.
“Aunque ha sido mi intención buscar la reelección, creo que es en el mejor interés de mi partido y del país que me retire y me enfoque únicamente en cumplir con mis deberes como presidente durante el resto de mi mandato”, manifestó en su declaración.
EL MOMENTO DE KAMALA HARRIS
No del todo inesperada, la noticia cambia radicalmente el rostro de la campaña electoral a menos de cuatro meses de los comicios, pues mientras el Partido Republicano tiene en Trump a un candidato definido y bien posicionado, los demócratas deberán decidir quién será su abanderado para enfrentar al exmandatario.
Biden expresó su respaldo como posible candidata a la vicepresidenta del país, Kamala Harris, lo cual podría darle un gran impulso de cara a la Convención Nacional Demócrata que se celebrará en Chicago del 19 al 22 de agosto.
De hecho, medios estadounidenses de prensa como CNN y Associated Press estiman que la vicemandataria cuenta con el apoyo de más de los mil 976 delegados que necesita para convertirse en la nominada oficial en una primera votación.
Ante la perspectiva de que será ella la sustituta de Biden en la carrera presidencial, surge la interrogante de si Harris cuenta con posibilidades reales de derrotar a Trump, quien, a pesar de sus problemas legales, sigue muy fuerte en los sondeos y parece ir en camino a un nuevo mandato.
Varias encuestas muestran que Harris tendría un mejor desempeño que el actual jefe de Estado en los comicios de noviembre, pero todavía la ponen por detrás del republicano por más de un punto porcentual (47,5 a 45,9 en el promedio de encuestas de RealClearPolitics).
De acuerdo con un artículo de opinión publicado en el diario The Hill, para ganar en los comicios ella deberá abogar por poner fin a los recortes de impuestos dados por Trump a los ricos y reemplazarlos por reducciones temporales para las personas de clase media y trabajadora; y elegir un compañero de fórmula moderado proveniente de un estaco clave, como el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro.
El texto estima que también tendrá que abordar temas complejos como la inmigración irregular y las guerras en curso en Ucrania y Oriente Medio; desafiar directamente la estrategia política de Trump de fomentar una guerra cultural divisiva; y adoptar una visión positiva y esperanzadora del futuro.
Así, está por ver si la demócrata seguirá una estrategia de ese tipo y, sobre todo, si le dará frutos.