Decenas de incendios forestales tienen en vilo al pueblo y las autoridades de Bolivia, donde los siniestros ya destruyeron millones de hectáreas de bosques y pastizales, obligaron a suspender las clases presenciales, y llevaron a la búsqueda de apoyo internacional para combatir las voraces llamas.
Exacerbados por el cambio climático, los fuegos que golpean al país sudamericano desde hace más de dos meses mantienen a sus nueve departamentos cubiertos por un manto gris de humo.
Muchas ciudades registran muy mala calidad del aire y altos niveles de contaminación, los cuales representan un riesgo grave para la salud, especialmente para grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias, según un reporte emitido por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua.
De acuerdo con el portal boliviano Eju.tv, las imágenes satelitales dan cuenta de la dimensión de un desastre ambiental inédito.
“Un primer mapa que retrata la magnitud de los incendios es el SATRIFO (Sistema de monitoreo y alerta temprana de riesgos de incendios forestales) de la Fundación Amigos por la Naturaleza. Los satélites que usa esta herramienta dan cuenta que a nivel nacional se encontraron 37 mil 742 focos de calor en las últimas 24 horas”, informó el medio al inicio de esta semana.
Ante este panorama, el Gobierno del presidente Luis Arce anunció el 7 de septiembre una declaración de emergencia nacional por la magnitud de los fuegos, con el fin de tener una dinámica más ágil que permitiera acceder a la cooperación internacional, de acuerdo a lo informado entonces por el ministro de Defensa, Edmundo Novillo.
Por su parte, el titular de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer, dio a conocer el lunes último que se registraban 10 incendios forestales en el país, los cuales representaban 78 puntos de fuego activo en 27 municipios de tres departamentos.
En lo que va de año, la superficie afectada por los siniestros sobrepasa los 3,8 millones de hectáreas, de las cuales 1,5 millones correspondían a áreas boscosas y 2,3 millones a pastizales. Esos números ya son superiores a los de 2023, cuando, en total se quemaron 3,3 millones de hectáreas en el país.
Los fuegos, que provocaron la suspensión de clases presenciales y la cancelación de vuelos en aeropuertos, debido al fuerte humo, llevaron al presidente Arce a solicitar apoyo internacional para enfrentarlos.
Al respecto, la Cancillería se refirió a coordinaciones con Brasil, China, Chile, Paraguay, Perú y la Unión Europea, y anunció la llegada de brigadistas con equipo pesado para combatir las llamas.
EL PESO DE LA ACCIÓN HUMANA
En medio de este complejo panorama, se aviva el debate sobre la responsabilidad de la acción humana en los incendios, cuando varias fuentes apuntan a que son provocados, y se producen señalamientos contra la práctica agrícola conocida como “chaqueos”, consistentes en las quemas de tierra antes de la etapa de siembra o crianza de ganado, que a menudo se escapan de control.
Un editorial del diario digital La Voz de Tarija consideró que se hace necesario, de una vez por todas, asumir drásticas medidas a través del sistema judicial, con la imposición de ejemplificadores castigos a quienes provocan en forma intencionada incendios, puesto que se trata de un atentado contra el medioambiente y la salud de millones de personas que ya se volvió recurrente año tras año.
La Agencia Boliviana de Información dio a conocer que en Sucre solicitarán al fiscal general del país, Juan Lanchipa, agilizar la tramitación de procesos y exigir las máximas sanciones en contra de los responsables de los siniestros.
“A la fecha se tienen 64 procesos penales, en 32 casos están identificados los responsables, y 282 procesos administrativos activados”, precisó la fuente.