Sesenta y cuatro años después de que John F. Kennedy ganara las elecciones para convertirse en el presidente número 35 de Estados Unidos y en el segundo mandatario más joven de la nación norteamericana, otro miembro de su familia vuelve a participar en una contienda por la Casa Blanca, pero con posibilidades mucho menores de éxito.
Robert F. Kennedy Jr., sobrino del asesinado exgobernante y miembro de uno de los linajes más conocidos de la vida política estadounidense, impulsa una campaña presidencial como candidato independiente de cara a los comicios previstos para el próximo 5 de noviembre, cuando además de elegir al jefe de Estado para el periodo 2025-2029, serán seleccionados los miembros de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado, y cargos estatales y locales.
A menos de ocho meses de esa cita en las urnas, las perspectivas de triunfo del hombre de 70 años de edad parecen casi nulas, sobre todo cuando todavía se desconoce en cuántos de los 50 estados del país logrará estar en las boletas.
Los nominados de los partidos Demócrata, Joe Biden (presidente en el cargo), y Republicano, Donald Trump, aparecen como los favoritos en este nuevo enfrentamiento electoral con tintes de revancha, pues ambos ya fueron contrincantes en 2020.
Para Kennedy, la lucha resulta todavía más cuesta arriba si se tiene en cuenta que esas dos formaciones políticas suelen tener la hegemonía en todas las elecciones estadounidenses.
Desde que los republicanos se establecieron como una de las dos principales fuerzas del país en 1856, ningún candidato independiente o de un tercer partido ha logrado llegar a la mansión ejecutiva ubicada en el número 1600 de la Avenida Pensilvania, en Washington D.C.
A pesar de sus mínimas posibilidades de triunfo, la campaña del abogado ambientalista genera atención porque expresa la inconformidad de una parte del electorado norteamericano con las dos principales opciones sobre la mesa y, principalmente, porque el apoyo conseguido por él entre un grupo no despreciable de votantes es visto con preocupación para los demócratas, quienes consideran que podría restar respaldo a Biden.
UN CANDIDATO SINGULAR
Cuando en abril de 2023 Robert F. Kennedy Jr., identificado en la prensa estadounidense por las iniciales, RFK Jr., anunció su decisión de buscar la candidatura presidencial por el Partido Demócrata, se convirtió en el cuarto miembro de su familia en dar un paso de ese tipo.
Además del mencionado John F. Kennedy, su propio padre, Robert “Bobby” Kennedy, aspiró a la nominación de esa formación política en 1968 y estuvo cerca de conseguirla, pero fue asesinado en junio de tal año; y otro de sus tíos, Edward “Ted” Kennedy, buscó infructuosamente representar a esa misma fuerza en 1980.
Proveniente de esa conocida dinastía de la política norteamericana, RFK Jr. construyó una reputación para sí mismo como activista, autor y abogado que ha luchado por causas medioambientales. Su trabajo en esta última área incluye la creación de la organización sin fines de lucro Waterkeeper Alliance, que trabaja para asegurar agua potable.
Sin embargo, su imagen pública se ha visto dañada en buena medida por la defensa de teorías conspirativas y las posturas contrarias al consenso científico en el tema de las vacunas, que lo condujo a encabezar Children’s Health Defense. Ese grupo antivacunas ganó alcance durante la pandemia de la Covid-19 y fue censurado por grandes compañías de redes sociales como Facebook e Instagram por difundir información médica errónea.
En 2019, tres miembros de su familia (su hermana Kathleen Kennedy Townsend, su hermano Joseph P. Kennedy II y su sobrina Maeve Kennedy McKean) denunciaron sus criterios contra los inyectables en un artículo de opinión publicado en Politico Magazine, al argumentar que tal postura del ahora aspirante presidencial era “parte de una campaña de desinformación que está teniendo consecuencias desgarradoras y mortales”.
Además, este mismo mes, decenas de miembros de la familia posaron en una foto con Biden durante una celebración por el Día de San Patricio en la Casa Blanca. La imagen, que fue difundida por su hermana Kerry Kennedy, quien ha criticado abiertamente a RFK Jr., fue vista como una confirmación de que el candidato a la mansión ejecutiva no cuenta con el respaldo del famoso clan.
Durante el lanzamiento de su campaña en abril del pasado año expresó que su misión durante la lucha por la presidencia y si llegara alcanzar el cargo sería “poner fin a la fusión corrupta del poder estatal y corporativo que ahora amenaza con imponer un nuevo tipo de feudalismo corporativo en nuestro país; mercantilizar a nuestros hijos (…) envenenar a nuestros niños y a nuestro pueblo con sustancias químicas y fármacos; extraer nuestros activos; vaciar la clase media y mantenernos en un estado de guerra constante”.
En octubre último, ante el inminente éxito de Biden en la contienda por la nominación demócrata, anunció que lanzaría una candidatura presidencial como independiente. En ese momento reconoció su larga historia y la de su familia con la formación política identificada con el color azul, pero dijo que quería luchar contra el sistema bipartidista predominante en Estados Unidos, al afirmar que no ha logrado brindar opciones viables para la presidencia.
Al respecto, criticó la capacidad y la edad de Biden, de 81 años, y los continuos problemas legales de Trump, elementos que consideró reflejo de un proceso político corrupto.
“Eso es lo que nos ha brindado la política bipartidista, y es por eso que debemos liberarnos del martillo de los poderes corruptos en Washington D.C., y hacer que esta nación sea nuestra nuevamente”, sostuvo.
IMPACTO EN LAS ELECCIONES
De acuerdo con la agencia Associated Press, Kennedy se presenta a sí mismo como un hombre que dice la verdad y tiene un historial de lucha por la clase media contra intereses poderosos, para lo cual resalta que ganó demandas contra gigantes corporativos como Monsanto y DuPont.
Además, critica el apoyo de Estados Unidos a Ucrania y respalda la guerra de Israel contra Hamas, dice querer reducir los gastos militares y de salud debido al impacto en los déficits presupuestarios, y pretende combatir el aumento de los costos de la vivienda para que los jóvenes puedan permitirse comprar casas.
Este 26 de marzo, anunció como su compañera de fórmula (aspirante a la vicepresidencia) a la abogada y empresaria de Silicon Valley Nicole Shanahan, de 38 años, exesposa del cofundador de Google Sergey Brin y creadora de la firma de análisis y asesoría ClearAccessIP, quien financió la mayor parte de un anuncio de campaña a favor de Kennedy proyectado en febrero pasado durante el Super Bowl de la Liga de fútbol estadounidense.
Una encuesta Harvard-Harris difundida la semana pasada arrojó que de cara a noviembre Trump muestra una intención de voto de 43 por ciento, mientras Biden exhibe un 38 y Kennedy aparece con un 14. En otros sondeos divulgados este mes el respaldo a RFK Jr. va desde un mínimo de dos hasta un máximo de 16.
Tales números, evidentemente, no lo ponen en camino hacia la Casa Blanca, pero un artículo publicado en la página web de la consultora Ipsos destacó que el candidato independiente podría alterar las elecciones, dado que el apoyo constante que ha mantenido entre una minoría de estadounidenses le restará votantes tanto a Trump como a Biden. Varias fuentes señalan, en particular, que su candidatura podría afectar en mayor medida a este último.
Según Ipsos, el perfil demográfico de los votantes de Kennedy es bastante similar al del estadounidense promedio y no hay diferencias significativas por raza, edad o ingresos, aunque predominan ligeramente las mujeres.
Lo que los distingue, según esa firma, es su desprecio tanto por Trump como por Biden, por lo que el respaldo que le brindan es en buena medida una expresión de rechazo a los otros dos.
Por eso no son de extrañar los ataques de los dos grandes partidos en su contra y los esfuerzos, sobre todo demócratas, por impedir que el independiente aparezca en las boletas de votación de los diferentes estados.
Colocarse en las papeletas es una tarea complicada y costosa para la cual debe reunir cientos de miles de firmas en todo el país y, de momento, solo aparece en las de Utah, pero su campaña asegura que ya recolectó suficientes rúbricas para clasificar también en Nevada, New Hampshire, Michigan, Arizona y Georgia.
De acuerdo con el portal Politico, el Comité Nacional Demócrata considera a Kennedy un candidato encaminado a dividir a los votantes y que aumentará las posibilidades de que Trump gane en noviembre.
Una evidencia de ello lo ven en el hecho de que Timothy Mellon, un megadonante del expresidente republicano, ha hecho contribuciones significativas a Valores Americanos 2024, un Super PAC que respalda a RFK Jr.
Con ese panorama, su carrera por la Casa Blanca debe ser seguida de cerca. En una contienda tan cerrada como se espera entre Trump y Biden, los votos que el independiente pueda alcanzar tienen el potencial de ser decisivos.