La declaración de emergencia nacional en la frontera con México, otras polémicas medidas vinculadas a temas migratorios y la salida de pactos y de entidades a nivel mundial marcan el inicio de un nuevo gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.
Para el presidente 47 de ese país, cuya actual estancia en la Casa Blanca comenzó el último 20 de enero y quien fuera también el mandatario 45 (2017-2021), se trata de una época dorada, aunque muchos dudan de tal calificativo, el cual es considerado parte de sus habituales exageraciones.
Como anticipó en la más reciente campaña electoral, Trump busca frenar lo que él considera una invasión de indocumentados por el límite sur, aunque cifras sobre el asunto demuestran falsedades en las afirmaciones del jefe de Estado.
POLÍTICAS CONTRA INMIGRANTES
De acuerdo con una orden ejecutiva del gobernante, “millones de inmigrantes ilegales de naciones y regiones de todo el mundo ingresaron con éxito a Estados Unidos, donde residen ahora, incluidos posibles terroristas, espías extranjeros, miembros de cárteles, pandillas y organizaciones criminales transnacionales violentas y otros actores hostiles con intenciones maliciosas”.
Tal situación no puede continuar pues, a juicio de Trump, una nación sin fronteras no es una nación, y el Gobierno Federal debe actuar con urgencia y fuerza para poner fin a las amenazas de una línea divisoria carente de seguridad.
Además, el mandatario estadounidense designó a los cárteles de la droga como “organizaciones terroristas extranjeras”, restableció la política Quédate en México y vaticinó deportaciones masivas, la edificación de muros y la movilización de militares en el área limítrofe.
Otro decreto del mandatario pretende poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento para los niños de inmigrantes sin papeles, pero al menos dos docenas de estados y ciudades bajo liderazgo de demócratas impugnaron el paso.
Trump, plantean las demandas, viola la enmienda 14 de la Constitución, que otorga un derecho con amparo en la carta magna a todos los nacidos en el territorio estadounidense.
Pese a los amplios poderes de un presidente para establecer la política de inmigración, la orden de privación de la ciudadanía queda muy fuera de los límites legales de su autoridad, subrayan los recursos interpuestos en un tribunal federal de Massachusetts.
Dicha negativa es inconstitucional y a la vez un repudio imprudente y despiadado de los valores nacionales, consideró Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
ABANDONO DE ORGANISMOS INTERNACIONALES
Por otra parte, Trump decidió sacar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que puede concretarse dentro de 12 meses, y del Acuerdo de París sobre el cambio climático, una iniciativa de 2015 desechada en su primer mandato.
La determinación sobre el ente que juega un papel destacado en proteger la salud a nivel universal no es nueva pues un lustro atrás Trump la exteriorizó y después fue revertida por el gobierno de su sucesor, Joe Biden.
Ante la postura contra el convenio de la capital francesa, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, instó a las ciudades, los estados y los negocios norteamericanos a continuar demostrando visión y liderazgo en el trabajo por mantener bajas las emisiones de carbono y por el crecimiento económico sostenible y resiliente.
Al comienzo de su segundo periodo presidencial, Trump declaró igualmente una emergencia energética nacional y advirtió en su discurso de investidura que “vamos a perforar, perforar”.
Esas declaraciones, reportaron medios locales de prensa, han sido consideradas como inoportunas por defensores de la energía verde y por quienes exigen acabar con la explotación de los combustibles fósiles.
ACCIÓN ANTICUBANA Y RECHAZO
Menos de una semana después de que Biden excluyera el 14 de enero a Cuba de la unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo, Trump revocó esa decisión, la cual, según el gobierno de la isla caribeña, demuestra la agresividad del imperialismo estadounidense.
Una declaración al respecto expuso que Trump interpretó su llegada al poder como la coronación de emperador y su ambición abarca la conquista de Canadá, la usurpación de Groenlandia, el cambio de nombre del golfo de México y el despojo a los panameños de su canal.
Precisó, además, que el presidente estadounidense está asociado con los grupos y políticos que han hecho de la agresión a Cuba un modo de vida, y el nuevo acto muestra una vez más el objetivo verdadero, cruel y despiadado de estas y tantas otras medidas de cerco y asfixia.


