América Latina recibe escasos financiamientos externos

América Latina está considerada la región más afectada a nivel mundial por la crisis económica y sanitaria generada por la pandemia de Covid-19, pero los financiamientos externos para contribuir a sortear esa situación son insuficientes.

Es un área que registra los mayores pesos de la deuda externa en el Producto Interno Bruto con un 56,3 por ciento, y de la deuda externa en términos de exportaciones de bienes y servicios en 59 puntos porcentuales, severos niveles de endeudamiento que reducen el espacio fiscal.

Todo ello pone en peligro la recuperación y el crecimiento futuro del área que según un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para 2021 podría tener un avance del 5,2 por ciento, y un 2,9 en 2022.

Sin embargo, la Cepal alerta que no existen elementos para pronosticar que cambiará la dinámica de bajo crecimiento previa a la crisis ocasionada por la pandemia.

Ello dibuja un panorama lleno de incertidumbre y entre sus incongruencias se encuentra la cuestión de los financiamientos.

Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) concedió a las economías en desarrollo fondos equivalentes en 67 mil millones de dólares -si se excluyen las líneas de crédito flexibles-, mientras que durante la crisis financiera mundial entre enero y septiembre de 2009 alcanzaron los 75 mil millones de dólares.

Es en ese contexto que el organismo de Naciones Unidas subraya que no se aprecian cambios significativos en la institucionalidad del financiamiento para el desarrollo como una de las alternativas para responder al impacto económico y social de la pandemia en los países en desarrollo.

Pero eso no es todo, la vulnerabilidad financiera de los gobiernos latinoamericanos está agravada por las evaluaciones soberanas de las tres principales agencias de calificación crediticia ya que 21 economías -de una muestra de 27- se consideran de riesgo sustancial o grado especulativo.

Las economías más vulnerables son más susceptibles a calificaciones crediticias negativas y rebajas, y son las más afectadas en términos de mayores costos de emisión de deuda.

Es entonces que como medida ante la baja respuesta de la cooperación internacional, las naciones latinoamericanas financian su endeudamiento en el mercado de capitales privado destacándose las emisiones de bonos soberanos.

Un panorama bastante complejo, alerta la Cepal, al que se suman los problemas estructurales de la región que desde mucho antes limitan el crecimiento, y que ahora se agudizaron e impactarán negativamente en la recuperación de la actividad económica y los mercados laborales más allá del repunte del crecimiento de 2021 y 2022.

Tal parece que en América Latina y el Caribe la desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad son problemas perpetuados en el tiempo, unido a las incertidumbres asociadas a la Covid-19.

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