La corrupción sigue siendo un fenómeno estructural en Guatemala, agravado por el deterioro de la administración pública a lo largo de décadas, señaló una fuente oficial citada por el diario República.
Ese problema afecta a las instituciones del Estado a todo nivel, lo cual genera que su control se vuelva complejo, subrayó el Comisionado Nacional contra tal flagelo, Julio Flores.
Por lo tanto, agregó, la lucha contra la corrupción se fundamenta en medidas integrales y a largo plazo, entre ellas el fortalecimiento de los órganos de control interno.
Incluyó la implementación de programas de formación, rendición de cuentas, participación ciudadana y la emisión de normativa como el Código de Ética.
En las administraciones anteriores, explicó, se careció de voluntad para implementar medidas correctivas; sin embargo, ahora el compromiso gubernamental por la transparencia es total y se puede evidenciar en acciones concretas.
El Organismo Ejecutivo está utilizando todas sus competencias legales para denunciar los casos de corrupción que se detectan, describió Flores, quien destacó que hasta el momento se presentaron casi 200 denuncias por indicios de dicha problemática.
Interrogado sobre la posibilidad de detener este mal, Flores aseguró que desde la Comisión continúan trabajando para robustecer las capacidades de las entidades.
Particularmente, acotó, es necesario mencionar la implementación de los Sistemas de Integridad, los cuales se harán mediante un Acuerdo Gubernativo, y serán fundamentales para dotar de procedimientos y fortalecer controles que reduzcan los riesgos de corrupción.
El proceso integral, afirmó, lleva coordinación con otras instituciones del Ejecutivo, involucramiento de la ciudadanía y evaluación de forma continua.