Bolivia alista la militarización de sus fronteras para evitar el denominado contrabando a la inversa de productos nacionales con la correspondiente afectación a los precios, tras una indicación del presidente Luis Arce.
“Hemos instruido a las Fuerzas Armadas militarizar las fronteras, a que no dejemos que salgan (productos nacionales). Todavía hay normativas que estamos sacando gradualmente para endurecer el control”, aseguró el jefe de Estado.
En un discurso en el aniversario 73 de la Confederación General de Trabajadores Fabriles de Bolivia, Arce explicó que la crisis climática y los incendios forestales, entre otros factores, redujeron la capacidad de producción en varios países de la región, lo cual provocó que en estos se origine una demanda de alimentos bolivianos, cuyos precios son más bajos.
“Tenemos que endurecernos como bolivianos -expresó el dignatario-, porque, hoy por hoy, gracias a nuestra producción de alimentos, muchos países vecinos están aprovechando y están viviendo de ese costo de producción bajo”.
Añadió que Bolivia sufre el contrabando a la inversa por ser el país más estable económicamente de la región en muchos años, con una inflación baja.
Previamente, el viceministro de Defensa al consumidor, Jorge Silva, informó que el Comité de Seguridad Alimentaria solicitó la militarización en fronteras con Perú, Brasil y Argentina.
Insistió en que productos nacionales como azúcar, arroz y carnes, entre otros, son comercializados de manera ilegal a un precio más elevado en sitios brasileños, chilenos y argentinos, lo cual se revierte en un incremento de precios internos.
Según reportes oficiales, el arroz y las carnes de res y de pollo, además de la harina, son trasladados a países fronterizos porque el precio de éstos es mucho más alto que en Bolivia.
La semana anterior, el viceministro de Lucha Contra el Contrabando, Luis Amílcar Velásquez, cifró en un millón de bolivianos (casi 143 mil dólares) la afectación que causa a Bolivia el contrabando a la inversa.