El premier de Ontario y líder del partido Conservador, Doug Ford, aseguró su permanencia en el cargo para un nuevo período tras unas elecciones provinciales marcadas por el abstencionismo.
Más del 50% de los votantes no acudió el pasado 2 de junio a las urnas para decidir el camino de la provincia en los próximos años, una cifra que sin dudas habla de la baja capacidad de convocatoria resultante de las campañas de los candidatos de los cuatro principales partidos en pugna.
Los Conservadores aseguraron la provincia con solo un 18% de votos a su favor, seguidos por el NDP y el partido Liberal con apenas un 10% de las boletas. El partido Verde solo logró un 5% de apoyo en las urnas.
Tras conocerse el resultado de la contienda electoral, la líder del NDP, Andrea Horwath, anunció que dejaría el cargo tras no poder formar gobierno en su cuarto ciclo electoral al frente del partido.
Fue otra mala actuación para los liberales: el líder del partido, Steven Del Duca, no pudo conseguir tampoco el distrito Vaughan-Woodbridge y también renunció como líder.
La gran victoria, sin dudas, de estas elecciones la llevó el creciente desinterés político y la insatisfacción de los votantes con las propuestas de los candidatos reflejadas en la escasa asistencia a las urnas.
Falla nuevamente el sistema en lograr motivar a sus ciudadanos a tomar posturas más activas en interés de sus comunidades y este hecho no le da la victoria final a ninguna alineación política, más bien va en detrimento del proyecto que deseamos contruir como nación.