Junto con el trigo y el arroz, el maíz es uno de los cereales más importantes y consumidos del mundo. Elemento fundamental en la cultura prehispánica, ha llegado hasta nuestros días como un alimento básico en la gastronomía latina. Forma parte de las raíces más profundas de la identidad latinoamericana y se encuentra presente en numerosos platos típicos de la región.
El maíz suministra elementos nutritivos a los seres humanos y a los animales y es además una materia prima básica de la industria de transformación, con la que se producen almidón, aceite y proteínas, bebidas alcohólicas, edulcorantes alimenticios y, desde hace poco, combustible.
El nombre maíz proviene de la adaptación fonética “mahís” al español; el pueblo nahua también lo llamaba “centli” y al extenderse por todo el continente americano fue recibiendo distintos nombres en los diferentes lugares donde se consumía. Así pues sabemos que también se le conoce como milho, jojoto, mazorca, corn o choclo, por este último nombre se le conoce en países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia.
Por estas razones, no es de extrañar que, según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuatro de los diez mayores productores de maíz del mundo sean americanos: Estados Unidos, Brasil, Argentina y México los cuáles aglutinaron casi el 50% de la producción mundial en años anteriores.
México se encuentra el en 7º lugar como productor a nivel mundial del preciado alimento con un total de producción de 22, 663,953 toneladas al año. Gracias a las condiciones orográficas que tiene el estado de Sinaloa, la infraestructura de riego y su avanzada capacidad tecnológica es considerado líder productor de este grano a nivel nacional y así mismo sus características le han permitido alcanzar los más altos rendimientos por hectárea cosechada.
Solamente en México existe una impresionante variedad de recetas que apuestan por el maíz en sus elaboraciones entre los que podemos destacar el aceite, atole, cereal, chilaquiles, chimole, corundas, elotes, esquites, garnachas, huitlacoche, molotes, panuchos, peneques, pinole, sopes, tamales, tacos, tlayudas, tortilla y el pozole.
Este último proviene del náhuatl pozolli y es una especie de caldo hecho a base de granos de maíz de un tipo conocido comúnmente como cacahuazintle, a la que se agrega, según la región, carne de pollo o de cerdo como ingrediente secundario. La receta del pozole proviene de épocas prehispánicas, sin embargo la receta actual es una mezcla de ingredientes mexicanos, europeos y asiáticos.