El premier de Ontario, Doug Ford, realizó el martes el tradicional discurso del trono en el que reconoció la creciente presión en el sistema de salud de la provincia.
En su intervención, Ford dijo que el gobierno conservador progresista está trabajando con las partes interesadas del sistema de salud para identificar ideas para abordar el problema; sin embargo más que proponer soluciones concretas el premier apostó por destacar lo que ya se había hecho en materia de salud como agregar miles de camas de hospital y enfermeras, invertir en atención domiciliaria y comunitaria, presentar una subvención para atraer profesionales de la salud a áreas rurales y remotas, y planificar la construcción de 30,000 nuevas camas de atención a largo plazo.
La realidad es que los departamentos de emergencia de Ontario cerraron durante horas o días este verano, lo que, según las partes interesadas y los defensores, se debe a una crisis de personal de enfermería.
Los partidos de oposición y los grupos de enfermería han estado instando a Ford a derogar la legislación de restricción salarial que, según dicen, está perjudicando los esfuerzos para reclutar y retener a más enfermeras, que están abandonando el sector en masa después de más de dos años en la primera línea de la lucha contra la COVID-19.
Ford indicó también a través del discurso que su gobierno trabajará para abordar los “factores estresantes a corto plazo” en la salud y realizará inversiones a largo plazo, como la forma en que el gobierno creó anteriormente los Equipos de salud de Ontario para integrar la atención e implementar una “Hoja de ruta hacia el bienestar”.
Tras finalizar el acto, el líder del Partido Verde de Ontario, Mike Schreiner, señaló a CBC que el discurso del trono fue como una “mezcla cansada de parches y grandes esquemas” que no logran abordar problemas reales como la asequibilidad y el cambio climático.