El primer fin de semana de julio, las calles de Toronto se vistieron de ritmo, sabor y tradición con la llegada de la edición número 21 del Salsa on St. Clair Street Festival. Más de 300,000 personas participaron en este vibrante evento gratuito que se ha consolidado como la mayor celebración latina en Canadá. La edición de 2025 no solo fue una fiesta: fue un símbolo del poder integrador de la salsa y del orgullo cultural de la comunidad hispanoamericana en el corazón multicultural de Ontario.
Una historia de ritmo y resistencia
Lo que comenzó en 2005 como un modesto festival de fin de semana en St. Clair Avenue West hoy es una cita obligada del calendario cultural de la ciudad. A lo largo de sus 21 ediciones, el Salsa on St. Clair ha crecido hasta ocupar más de 10 cuadras del centro urbano, convirtiéndose en un espacio de encuentro para miles de personas de todos los orígenes.
La salsa, más allá de su musicalidad, ha sido en Toronto una expresión de identidad, migración y resistencia. Llegó con oleadas de inmigrantes latinoamericanos y caribeños desde los años 70 y 80, desarrollándose primero en clubes nocturnos y luego en espacios comunitarios como estudios de baile y festivales al aire libre. Hoy representa un lenguaje universal que une culturas diversas a través del cuerpo y el corazón.
El festival 2025: energía, comunidad y tradición
Este año, St. Clair Avenue West, entre Winona Dr. y Christie St., se transformó en una pista de baile al aire libre. Con dos escenarios principales, decenas de presentaciones en vivo, clases de baile gratuitas, stands gastronómicos y el ya icónico Fiesta Parade, el festival ofreció un despliegue multisensorial que capturó la esencia del continente latinoamericano.
Las agrupaciones destacadas incluyeron a DJ Gio & Los Salsomanos, La Banda Dura, Soul2Sole, Araguacu, y decenas de bailarines profesionales que compartieron coreografías y talleres interactivos con el público.
El evento, organizado por Canadian Salsa Festivals Project y patrocinado por TD Ready Commitment, también contó con zonas familiares, arte urbano y una amplia representación gastronómica con sabores de más de 15 países.
Fiesta Parade: la diversidad en movimiento
Uno de los momentos más esperados fue el Fiesta Parade, presentado por Cuba Única, que recorrió cada día al mediodía el corazón del festival. La pasarela multicultural ofreció un carnaval de colores, trajes tradicionales, música en vivo y orgullo nacional.
Voces que bailan y resisten
Jesús Bustamante, músico y presentador:
“El festival muestra culturas diferentes, vestuarios auténticos de Colombia, Brasil, Cuba, Bolivia, Venezuela, México… Es un reflejo vivo de nuestras raíces.”
Grupo Dance Migration (Brasil):
“Llevamos 18 años bailando samba en Toronto. Participar aquí es como traer un pedazo de Río a Canadá.”
Representante de Sentir Venezuela:
“No solo bailamos por nosotros, bailamos por todos los que no pudieron migrar, por nuestra historia y por mostrarle a esta ciudad quiénes somos.”
Camila, asistente salvadoreña:
“Vine con mi madre y mis hijos. Ver nuestra bandera en el desfile me hizo llorar. Sentí que pertenecemos.”
Más que un festival: un espejo de Toronto
Salsa on St. Clair no es solo un evento de verano. Es una plataforma de visibilidad para artistas emergentes, un motor económico para emprendedores latinos y un puente intergeneracional entre quienes trajeron su cultura en maletas y quienes la aprenden en escuelas públicas de Toronto.
Impactos del festival:
Cohesión comunitaria: familias de distintas culturas bailando juntas.
Impulso económico: restaurantes, food trucks, artesanos y escuelas de danza reportan aumentos significativos en ventas.
Educación cultural: clases de salsa gratuitas permiten la inclusión de todas las edades y orígenes.
Proyección internacional: el festival ha sido cubierto por medios de todo Canadá y América Latina.
El Salsa on St. Clair 2025 fue mucho más que una fiesta al aire libre. Fue una afirmación de vida, de pertenencia y de celebración. En cada paso de baile y en cada nota de trompeta, se tejieron historias de migración, esfuerzo y comunidad. Toronto, una vez más, se movió al ritmo de la salsa… y todos bailamos como si fuéramos uno.
