Justin Trudeau:
En vez de miedo, esperanza de una Canadá mejor

Ver para creer. Lo mejor de Justin Trudeau este domingo en Brampton no fue su cabellera. Sí, su discurso y su carisma.

FREDDY VÉLEZ

Más de siete mil asistentes

Puso a pensar a los más de cinco mil asistentes al que se considera el acto político más grande en Canadá desde los tiempos del Primer Ministro conservador John Diefenbaker. Y le sacó lágrimas a la audiencia, también algunas sonrisas y muchas ovaciones. Vi niños de rasgos sudasiáticos poniendo atención, mucha atención al discurso; vi unas adolescentes -que yo diría eran de origen filipino- alistar sus cámaras en sus celulares como si el que viniese fuese Justin Bieber no este otro Justin. Una señora ya por encima de su quinta década, con facciones de ‘white Canadian’ alcanzó a pasarse sus manos sobre sus ojos para controlar el desborde lagrimal, apenas transcurridos los primeros minutos de la alocución del hijo de Pierre Trudeau –ese gran canadiense que también fue Primer Ministro. Quien le presentó fue alguien bien familiar, su propia esposa Sophie Grégoire. Ella, presentadora de televisión, lucía muy elegante en un conjunto crema y también se le notaba segura y radiante. Dijo lo obvio, contó incluso de su apoyo a la idea de la candidatura pero también dijo con tono sincero al final que, siendo su esposa, “with Justin what you see is what you get –expresión popular en inglés para decir que su marido y candidato es una persona auténtica, sin dobleces. Un vaso de agua se quedó servido en el podium. No necesitó refrescar su garganta el líder del Partido Liberal que llevó un mensaje fresco, positivo, esperanzador a sus simpatizantes y también a los canadienses en general: habló de unión canadiense, de soñar y trabajar por un mejor país, sin distingo incluso de simpatías políticas. Justin lleva ahora un corte menos juvenil y tal vez con algo de gomina. Ha ganado en manejo del escenario –le ví en tarima hace tres años cuando lanzó su campaña. Recuerdo mientras le escucho que es licenciado en artes con énfasis en literatura, que ha enseñado francés y matemáticas y entonces pienso que aunque lee su discurso, el tono de su voz es enérgico, pero pausado, que sus ademanes lucen precisos, no sobreactuados. Y que logra conectar con el público. El climax lo logró cuando dijo que la principal diferencia con Stephen Harper es que el Primer Ministro y líder de los Conservadores carecía de ambición para Canadá. Y, a cambio, invitó a creer que una Canadá mejor es posible. Y a trabajar por ese fin. Al final Justin Trudeau salió del Powerade Centre -en medio de una multitud delirante, saludando a los presentes – llevando en sus brazos a su hijo menor, y acompañado en tarima de su esposa y sus otros dos hijos. También subieron decenas de los candidatos liberales en el GTA. Los aplausos parecían no agotarse, los carteles rojos arriba y los bastones inflables chocaban unos contra otros. Y la gente salió con una cara semejante a la de Justin, con ojos brillantes, gesto alegre, sonrisa leve, y cara de que el 19 de octubre habrá un nuevo Primer Ministro mudándose al 16 de Sussex Street. Ver para creer.

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2 COMENTARIOS

  1. Fantastico tu reportaje, no fui a Brampton, vi partes del evento en las noticias pero despues de leer esto me quedo con la seguridad que Trudeau gana. El 19 de Octubre sera la noche de las sonrisas, en Canada, todo el mundo contento.

    • Hay mucha doblez con los Liberales. Han votado a apoyar a los Conservatores durante muchos anos. Realmente son crypto-Conservadores.

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