Las temidas y peligrosas radiaciones ultravioletas son un problema constante durante el verano. En la playa, en el parque o simplemente caminando en la calle es prácticamente evitarla. Sin embargo, algo que si podemos hacer es proteger nuestra piel frente a sus negativos efectos. Desde protectores solares, tratamientos hidratantes y otros productos cosméticos hasta una dieta rica en nutrientes naturales pueden hacer que tu piel se mantenga fresca y saludable antes los embates del sol.
Existen alimentos ricos en componentes como el betacaroteno que refuerzan la defensa de la piel frente a la radiación UV.
Además, una investigación publicada en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics arrojó nuevas pistas sobre la dieta ideal para una óptima salud cutánea.
Basándose en estudios previos, todas las pistas apuntaban a los alimentos de origen vegetal como la opción ganadora, y así lo ha confirmado esta investigación, en la que finalmente se seleccionaron 20 estudios en los que se analizó el nexo con la protección de la piel de un total de 13 alimentos.
Los autores del estudio pudieron constatar que determinadas frutas y verduras ricas en vitaminas y polifenoles; frutos secos; legumbres ricas en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, y bebidas con polifenoles tienen efectos muy positivos en la salud de la piel cuando esta se encuentra expuesta a altas temperaturas.
Entre los beneficios que se encontraron destacan la mejora en la hidratación, una mayor producción de colágeno y una mejora de la elasticidad. Todos estos factores son clave en el blindaje de la piel frente a los efectos nocivos del sol.
Entre las frutas recomendadas por los especialistas destacan algunas tropicales como los mangos. Estos frutos son ricos en carotenoides, vitamina C y un tipo de polifenol, la mangiferina, que ha demostrado una potente capacidad para inhibir el daño de la radiación solar en las fibras de colágeno.
Otra recomendación es ampliar el consumo de tomates, en fruto o en salsas, ya que son ricos en licopeno, un carotenoide con una importante capacidad antioxidante. En los estudios sobre su papel fotoprotector se incluyó el aceite de oliva, comprobando la efectividad de la mezcla en el refuerzo frente a la inflamación y el enrojecimiento provocados por el sol.
Las uvas también contienen cantidades significativas de polifenoles. Las investigaciones sobre su papel a nivel cutáneo demostraron su eficacia en la reducción de las manchas producidas por el sol.