El salón del Lithuanian Hall en Bloor y Dundas parecía miniatura. O es que habían muchos chilenos y muchos de ellos con el corazón henchido de patriotismo, de nostalgia por la tierra del vino rojo y la cueca.
Trescientos, quizá cuatrocientos, yo diría que podían ser medio millar. Qué importa. Lo que realmente fue importante es que fue una fiesta inolvidable. Punto.El sábado 20 de septiembre parecía un 18, pues todo era rojo, blanco y azul. Se bailó cueca y no sólo por diversión sino por sana competencia.
Marianela, una joven recién desempacada como inmigrante en Toronto, estaba exhausta pero contenta a más no poder. Ella, es experta en el tema de la cueca urbana y estaba un tanto sorprendida de ver gente danzando aquí como si lo hubiese hecho todas la vida, como pasa en Santiago o en Temuco. Y ese fue el tono de la noche, con empanadas chilenas por supuesto, con gestos de camaradería y una tremenda unión familiar.
Se lució la gente de la Casa Salvador Allende, una vez más!. Y uno que no cabía de lo contento era el Maestro de Ceremonias, nuestro colega René Melo El show central, magnífico, con nada menos que la banda del mexicano Saú Torres, que a su repertorio de rock/pop en español le ha añadido algunos ritmos bailables y temas como El Negro José Buenas versiones, con mucha energía y con ese toque de guitarra eléctrica que no deja que la gente pare de danzar. FV