Autolesiones en la adolescecia: ¿qué hacer como padres?

Las autolesiones son todas aquellas conductas dirigidas a generarnos daño físico que se puede manifestar de diferentes formas.

Una de las más frecuentes son los cortes, conocidos como cutting que pueden presentarse habitualmente en brazos, piernas, muslos, etc. Aunque también existen otras formas como los golpes autoinfligidos, quemaduras, rascarse de forma compulsiva, entre otras.

La adolescencia es la etapa donde mayor prevalencia hay de estas conductas producto de los fuertes procesos emocionales, sicológicos y físicos que se experimentan en esa etapa.

 En la mayoría de ocasiones estas conductas autolesivas aparecen tras discusiones o estados emocionales de malestar intensos; donde el adolescente, por ejemplo, utiliza estas prácticas nocivas como una forma de regulación emocional. 

Es como si el dolor y malestar emocional buscara ser “calmado” a través del dolor físico lo cuál les produce también un gran sentimiento de vergüenza y culpa.

Para los padres los sicólogos advierten que la conducta autolesiva habla de una dificultad en el manejo de la frustración.

El sentir que no pueden manejar situaciones de malestar que les desbordan puede llegar a conectar con el sentimiento de que son inútiles o tienen poca capacidad.

Este tipo de sentimiento hace que el adolescente pueda llegar a sentirse poco valioso y a su vez favorece que conecte con sentimientos de desprecio hacia ellos mismos, y que este sentimiento sea un precipitante a la hora de causarse daño.

Por ello, los especialiatas recuerdan que es importante acompañar a nuestros hijos en la adquisición de habilidades y estrategias para resolver problemas; que puedan ser capaces de identificar cuál es la verdadera situación, los pasos para resolverla y las estrategias de las que dispone para poder enfrentarla.

Un contexto poco validante o con déficit en el apoyo emocional, donde no se favorezca el desarrollo de sentimientos de reconocimiento y valía personal de los hijos, constituye un factor de riesgo para el desarrollo de este tipo de comportamientos disfuncionales.

Lo más importante en estos casos es evitar los enfrentamientos violentos con el adolescente. Los padres deben conversar con ellos desde la empatía y el entendimiento sin estigmatizar o causar un mayor sentimiento de culpa o verguenza.

En esta situación lo recomendable es priorizar el escuchar antes que hablar, y descartar fórmulas de interrogación, señalamiento o recriminación; de esta forma manteniendo una escucha activa y dando cabida a la validación de su malestar emocional, es que podremos tender puentes de comunicación y acercamiento. 

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