En medio de las jornadas por el Día Internacional de la Enfermería que se celebró el 12 de mayo, nuestras miradas deben dirigirse hacia estos profesionales de la salud que constituyen un eslabón vital en la atención sanitaria, en particular durante el enfrentamiento a la Covid-19, periodo en el cual, según expertos, el trabajo de este personal se ha multiplicado por diez, aunque sus compensaciones financieras aumentaron muy poco.
El objetivo de esta celebración es rendir tributo a quienes realizan esta loable labor para toda la humanidad, y homenajear a Florence Nightingale, quien nació un 12 de mayo y es considerada la fundadora de la enfermería moderna.
Estos especialistas están prácticamente todo el tiempo al lado de los pacientes, cumpliendo las indicaciones de los médicos y atendiendo las necesidades y solicitudes de quienes sufren un padecimiento.
Una buena parte de este personal en Canadá, y en particular en el área de Toronto, pertenece a la comunidad de inmigrantes latinoamericanos, que, aunque conformamos el 3 por ciento de la población en este país, tenemos 4 o 5 veces más posibilidades de contraer esta enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 y por tanto mayor riesgo de hospitalización y de enfrentar complicaciones, según valoraciones de expertos de salud.
Al salir hacia sus labores diarias, los enfermeros y enfermeras, al igual que el resto del personal sanitario, dejan en sus hogares a los familiares, a veces cumplen turnos de 24 horas o más, tiempo durante el cual les resulta imposible atender a sus seres queridos.
Pero además, viven con el temor a que, cuando regresen a sus casas, puedan portar en sus ropas, sus pertenencias en general o sus cuerpos, el virus mortal que provoca la Covid-19.
Medios de prensa canadienses revelaron recientemente una encuesta realizada por Oracle Polls para el Consejo de Sindicatos Hospitalarios de Ontario (OCHU-CUPE), según la cual el 40 por ciento de las enfermeras están valorando dejar sus empleos en Toronto, el 29 por ciento en toda la provincia, aunque la mayoría dicen que se quedarían en sus puestos si tuvieran un aumento salarial.
Más de la mitad de los consultados, tanto en la provincia como en Toronto, dijeron que se las arreglan mal en el trabajo, e incluso refirieron afectaciones a su salud mental, mientras 93 por ciento alegaron agotamiento físico y psicológicol.
El 70 por ciento de los encuestados en Ontario y el 66 por ciento en Toronto, dijeron que la violencia de los pacientes o sus familias hacia las enfermeras o sus compañeros de trabajo creció en el último año, según la encuesta OCHU / CUPE.
“Las campanas de alarma están sonando. Los servicios hospitalarios nunca mejorarán a menos que apoyemos a las enfermeras, en particular a las enfermeras prácticas registradas”, dijo recientemente la presidenta de SEIU Healthcare, Sharleen Stewart.
Por estos días, hagámosles saber a los enfermeros y enfermeras de nuestras familias o de nuestra comunidad que ellos pertenecen a una profesión imprescindible para todos los tiempos, así agradecemos su labor anónima.
Alabemos su voluntad y dedicación, sus sacrificios en esta hora de lucha contra la pandemia de la Covid-19, donde estos especialistas están en la primera línea y resultan un factor clave para salvar las vidas de nuestros seres queridos.