Los amigos queremos ofrecer un mensaje sincero y de apoyo, pero las palabras no surgen.
Este es nuestro caso. Ha muerto la mamá del amigo, la amiga de sus amigos y de los amigos de sus hijos, quien, con su sencillez y amor, nos acogió a todos, nos alimentó con su sazón única y ofreció nuestro primer abrigo. También nos hizo sentir nativos en un lugar desconocido y frío; fue brújula para aquellos que llegamos perdidos, e incansable en su petición a Dios por nuestra salud y bienestar.
Sabemos que se fue adelante para allanarnos el camino porque ella siempre fue así.
Pero, al mismo tiempo, qué difícil es avanzar sin su escucha cercana, sin el consejo preciso.
¡Cuánto extrañaremos compartir con ella la misa y el desayuno dominguero!
Es por ello que rendimos homenaje a Mercedes Villagra, a su grandeza, su espiritualidad y a su amor de madre, abuela, mujer, esposa, hermana y amiga. ¡A la argentina más auténtica que hayamos conocido!
El equipo editorial de Correo Canadiense ofrece las más sinceras condolencias a sus familiares y amigos por tan dolorosa pérdida.