Salud mental y clima: una relación que tal vez no conocías

En un nuevo informe de políticas de la OMS, publicado con motivo de la conferencia «Estocolmo+50», se llegó a la conclusión de que el cambio climático plantea graves riesgos para la salud mental y el bienestar. Por consiguiente, la Organización instó a los países a que incluyan el apoyo a la salud mental en su respuesta a la crisis climática, y brindó ejemplos de unos cuantos países pioneros que lo han incorporado eficazmente.

Según este Grupo, la rapidez del cambio climático supone una amenaza cada vez mayor para la salud mental y el bienestar psicosocial, al provocar trastornos que van desde el malestar emocional hasta la ansiedad, la depresión, el dolor o las conductas suicidas.

Los efectos del cambio climático en la salud mental se distribuyen de forma desigual entre determinados grupos que se ven afectados de manera desproporcionada, debido a factores tales como la situación socioeconómica, el género o la edad.

Ahora bien, es evidente que el cambio climático afecta a muchos de los determinantes sociales que ya están conduciendo a enormes cargas de la salud mental en todo el mundo. Según una encuesta de la OMS que se llevó a cabo en 2021 en 95 países, solo 9 de ellos habían incluido, hasta la fecha, el apoyo en materia de salud mental y psicosocial en sus planes nacionales sobre salud y cambio climático.

La climatología también es la responsable de una enfermedad de salud mental denominada “trastorno afectivo estacional”, es un tipo de depresión que se manifiesta normalmente en invierno.

Como las horas de luz se reducen, se incrementa la producción de melatonina, la hormona responsable del sueño; es por eso que algunas personas tienen somnolencia y están menos activas. Un trastorno que se manifiesta sobre todo en mujeres adultas que viven en territorios con estaciones largas de invierno.

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